En 1951, desde la audición radial partidaria
“Espacio Nacionálofilo” se inicia una campaña Pro Sede
Social Propia, a la que rápidamente se suma la revista “La
Voz Nacional”. El 6 de noviembre de ese año se crea la
primera Comisión Pro Sede Social Propia, que estaría
presidida por el Cr. Manuel González.
Ya constituída la nueva Comisión se realizó un
llamado a concurso restringido a arquitectos socios del
Club. El concurso fue ganado por el Arq. Ildefonso
Aroztegui. El proyecto del Arq. Aroztegui fue aprobado por
unanimidad, primero por la Comisión Pro-Sede Propia y
posteriormente por la Comisión Directiva en la misma
condición. La obra era de tal magnitud que tanto el Arq.
Tejera como otros que habían presentado planos en el
llamado a concurso los retiraron ante la vista del
proyecto de Aroztegui.
Se fijó la fecha del 25 de junio de 1952 a las 19
horas para la presentación del ante proyecto con todos los
trabajos encomendados. En esa ocasión se anunció que la
sede contaría con las máximas comodidades: bar, salón
comedor, salas de billares, de ping-pong, biblioteca, gran
sala para realizar asambleas y actos culturales, sala de
sesiones para la Comisión Directiva y Subcomisiones;
reparticiones amplias y adecuadas la Presidencia,
Secretaría, Gerencia; gran sala de trofeos, étc., étc.
La obra estaba en marcha y el entusiasmo del hincha
tricolor iba en aumento. Se dividió Montevideo en cantones
correspondientes a cada barrio o zona y de la misma manera
funcionaron las ciudades del interior del país.
Periódicamente se realizaban reuniones con fines
informativos y de recaudación. El promedio de lo recudado
se ubicaba en casi $ 22.°° por persona.
La inmediata adhesión al proyecto por parte de los
nacionalófilos de todo el país, llevó a la Directiva a
emitir una serie de estampillas con valores que iban desde
los $ 0,50 a los $ 10, que iban adjuntas a la tarjeta
mensual del asociado.
Con el fin de alentar a los socios a contribuir
financieramente para la campaña se instaló en el frente de
la sede de la calle Lavalleja (hoy José Enrique Rodó)
1843, sobre una de las ventanas, un “termómetro”, con un
indicador que se incrementaba de a $ 10.000 para mostrar
la marcha de las contribuciones. La repercusión en
Montevideo y todo el Interior era asombrosa, el apoyo del
hincha y el socio, total. La Comisión Directiva volcaba un
porcentaje por entrada vendida en espectáculos en que
participara Nacional y esto hacía incrementar el volumen
de lo recaudado, pero la obra era monstruosa y demandaba
inmensas cantidades de dinero. Nacional, el primero de los
clubes criollos, estaba abocado a la edificación de una
sede que, durante décadas, fue la mejor de América.
Entre los primeros contribuyentes a los fondos para
la campaña Pro-Sede Propia encontramos algunos nombres
ligados históricamente a Nacional y otros que habrían de
estarlo posteriormente, como Aníbal Z. Falco, José Vanzino
o Miguel A. Restuccia.
La prensa partidaria informaba periódicamente de la
marcha del proyecto y la ansiedad ganaba al hincha que
esperaba la concreción de todo lo anunciado «Como saben,
la sede se construirá sobre la Avda. 8 de Octubre,
extendiéndose el edificio hasta la calle General Urquiza.
En la planta baja irán el Gran hall de entrada y la Gran
Galería Central. Esta parte, de 33 metros de largo por 18
de ancho, aproximadamente, será destinada a sitio de estar
de los asociados, contando con cómodos lugares para el
descanso de los socios. Asimismo, sobre la pared
medianera, irán colocadas grandes vitrinas, empotradas, en
donde se guardarán los trofeos conquistados por el club.
Estas vitrinas empotradas tendrían iluminación interior.
Al fondo de la gran galería, se encuentra el bar
americano, que se instalará con todos los adelantos
modernos. El bar comunica a su vez con el restaurant, gran
sala, profusamente iluminada, pues tendrá amplios
ventanales sobre el jardín interior y sobre la calle
Urquiza. En la planta baja, además, estará instalada la
cocina y las dependencias del servicio de bar y
restaurant. Se podrá entrar a esta planta también por la
calle General Uquiza, sobre la que da, como se ha dicho,
el restaurant y el bar americano. En la pimera planta alta
estarán ubicadas: Sobre el frente de la Avda. 8 de
Octubre: las oficinas, distribuídas teniendo en cuenta no
solo las necesidades presentes del club, sino también las
futuras; sala de la Presidencia, de la Secretaría
Honoraria y la Gran Sala de Sesiones. Hacia la calle
General Urquiza (es decir, en sentido transversal de la
sede) estarán seis salas para las distintas sub
comisiones. Al fondo, sobre el bar y con balcón sobre el
restaurant, se hallará el salón de billares y la
peluquería. También pequeñas salas, para juegos de salón,
ajedrez, etc. Viene luego la 2ª Planta alta. En esta
segunda planta -que se extiende solamente sobre la parte
del frente sobre 8 de Octubre- estará el gran salón de
fiestas y actos, de una superficie de 10 mts. por 27.
Comunicará este salón con la terraza que forma el techo de
la gran galería central de la planta baja, de modo que se
contaría con una inmensa pista de baile al aire libre. En
el sub-suelo se ubicarán las canchas de bowling, así como
las mesas de ping pong. La sede dispondrá, como es de
suponer, de todos los servicios higiénicos, baños, tocador
para damas, etc., etc. Por todo lo expuesto en líneas
precedentes podrán apreciar Uds. las magníficas
proyecciones de nuestra futura casa, que será sin lugar a
dudas, orgullo de Nacional y del país» . *1
La idea original era la de inaugurar los tres
sectores con frente a 8 de Octubre para diciembre de 1956.
Diversas circunstancias -ajenas a la organización y
administración del Club, que se encontraba al día con
todos los pagos y contaba con el dinero faltante para
saldar las tareas depositado en una cuenta bancaria-
obligaron a aplazar la inauguración para el mes de febrero
de 1957.
Finalmente, el 25 de abril de 1957 se procedió a la
inauguración del block principal de la sede. En el acto
hicieron uso de la palabra, el Vice Presidente, del Club,
Sr. Nassim Ache Echart, el Prof. José P. Vallarino
Veracierto, Presidente de la Comisión Nacional de
Educación Física, Saturno González por la A.U.F., José
Bachs por el Círculo de Periodistas Deportivos, Dr.
Rodolfo Gorriti y Juan C. Vallarino por los Socios
Fundadores y el delegado del Club en Porto Alegre, Dr.
Martín Aranha.
Posteriormente a la inauguración se continuaron los
trabajos, con el fin de lograr la habilitación de la sede
en forma definitiva. Año a año se fue avanzando en las
distintas etapas y para 1960 solo restaba la adjudicación
definitiva de los servicio de Bar y Restaurante.
En el frente, sobre un volumen emergente macizo,
aunque no pegado a la medianera, se alza una pared
revestida de mosaicos venecianos azules y una escultura
obra del premiado artista pedrense Germán Cabrera.
La Sede Social enfrenta hoy un nuevo desafío, el
proyecto del Club Social que se instalará en sus
instalaciones. Este proyecto, que ya está en marcha,
mantendrá la fachada original y el Salón Don Dante Iocco,
también conocido como “Salón de Cristal” donde es
encuentran los distintos trofeos que ha conseguido
Nacional a lo largo de su extensa y gloriosa trayectoria.
Ildefonso Aroztegui
Ildefonso Aroztegui nació en Melo el 19 de julio de
1916. Cursó Primaria y Secundaria en su ciudad natal y
debido a su alto desempeño y sus calificaciones se le
concedió una beca para contiunuar sus estudios en
Montevideo.
El Arquitecto Ildefonso Aroztegui se recibió en el
año 1940. Junto al título, le fue adjudicado por parte de
la Faculad de Arquitectura un Diploma y una medalla de
oro, elementos que le hicieron acreedor de una Beca en
Estados Unidos, en la Universidad de Illinois, donde
permaneció entre 1942 y 1945. En esta Universidad recibió
el título de Maestro en Arquitectura. Aroztegui ganó
varios concursos en Uruguay.
Entre 1965 y 1967 fue dirigente de Nacional y entre
otras iniciativas suyas figuró la realización de un
Complajo Deportivo con dos piscinas, una cerrada y una al
aire libre. Este concurso lo ganaron los arquitectos Julio
Miguel Gimeno Sanz y Enrique Monestier.
*1 Revista “La Voz de Nacional”, 1954