El 9 de marzo de 1967 la Comisión de Patrimonio y
Obras recibió una resolución de la Comisión Directiva en
la que se se le aconsejaba que «en el caso de contar con
disponibilidades de dinero, considere la posibilidad de
adquirir tierras para la construcción de canchas de fútbol
o futuras construcciones deportivas del Club.
En el mes de agosto de ese año se recibe el primer
ofrecimiento de un terreno -ubicado a 20 kilómetros de
Montevideo, sobre el Río Santa Lucía, en la zona de
Melilla: «con edificaciones, enorme variedad de árboles,
tanque de agua, luz propia, todo en perfecto estado de
conservación». Se encomendó al Arqu. Ildefonso Aroztegui
la eleboración de un informe sobre el estado del terreno,
informe que, en principo resultó favorable aunque con
algunas observaciones, dado que la extensión no contaba
con ningún campo de juego trazado, y hacerle frente a este
gasto, dispararían los costos de la inversión, por lo que
prontamente fue quedando relegado, así como el resto de
las ofertas que se fueron sumando con los meses, hasta que
finaliza el ejercicio de la Directiva presidida por el Dr.
Pons Echeverry.
Tras las elecciones de 1968, el Club pasa a ser
presidido por Miguel Restuccia y la nueva conformación de
la Comisión de Patrimonio y Obras tiene a Restuccia como
presidente y la continuidad de Rogelio Ramírez, a quienes
se le sumarán el Agr. Carlos Hughes, el Arq. Gustavo
Nicolich, el Arq. Juan J. Hermida y, con posterioridad, el
Ing. Raúl Giglio, Ciro Ciompi y el Arq. Ildefonso
Aroztegui.
Con la llegada de la nueva Directiva cobra fuerza la
compra del predio de SADYR S.A, sito en Cno. Berger 4481.
Recuerda Miguel Restuccia en su libro “Mi vida y algunas
de sus historias” que luego de asumir y tras visitar al
plantel principal en vísperas del primer clásico de 1968
en su concentración en el Hotel Columbia constató que no
se trataba del mejor ambiente para una concentración.
Tras observar esto, el presidente concurrió a la
sede y consultó al Gerente, Sr. Juan Pedro Garayalde, si
había alguna oferta anterior de una chacra o campo
deportivo. Luego de buscar en unas carpetas, Garayalde
extrajo aquella que había sido rechazada en diciembre
anterior: «una finca del Sr. Cuomo, que constaba de un
chalet, una construcción aparte del comedor, y otra
también aparte con una cancha de bochas; dos canchas de
fútbol, una de nivel más alto pero de medidas menores.
Otra más abajo de medidas mayores y una cancha de
basketball. Se ofertaba entonces a $ 14.000.000 sin
incluir nada de lo interior, distintos equipos para cuidar
las canchas e infinidad de otros elementos. La comisión
era del dos por ciento y se trataba de 11 hectáreas». *1
En la Asamblea Extraordinaria de Socios del 28 de
marzo de 1968 se le otorgó a la Comisión Directiva la
autorización para la compra del terreno, por el cual se
abonaron $ 13.900.000, «pero incluyendo todo lo que había
en su interior, salvo las camas y muebles del propietario»
. *2
Hacia fines de agosto las obras estaban avanzadas y
se tenía la certeza de que para el 13 de setiembre estaría
todo en condiciones para la inauguración de “Los
Céspedes”. El plan de festejos orquestado conjuntamente
con la Comisión de Propaganda, Prensa y Relaciones
Públicas incluía un almuerzo criollo al que serían
invitados autoridades nacionales y deportivas. También se
programó, para los días previos, la invitación a socios
para conocer el predio, llegando incluso el club a
disponer de un ómnibus para el traslado de los interesados
desde la sede de 8 de Octubre hasta la novel
concentración. Si bien el costo de estos festejos iba a
resultar oneroso, se consideraba que debía tomarse como
«un lanzamiento publicitario que el Club está necesitando,
sirviéndole de promoción para pedir luego el apoyo de los
Poderes Públicos» *3
Finalmente, el acto de inauguración quedó fijado
para el sábado 14 de setiembre a mediodía. La noche
anterior había tenido lugar en la sede, como continúa
siendo habitual cada 13 de setiembre - recordando el
primer triunfo internacional de la selección nacional
representada exclusivamente por jugadores de Nacional- el
homenaje a los viejos socios que alcanzaban 30 y 50 años
de antigüedad . Al día siguiente de la inauguración, se
disputaba el clásico por el Campeonato Uruguayo. Si bien
Nacional aún no se concentraba en Los Céspedes sino en un
hotel de Pocitos, toda la preparación de cara a los
partidos se venía realizando en el nuevo campo de los
tricolores, a cuyo frente había quedado como intendente el
socio Antonio Pintos, transformándose así en el primer
intendente del complejo.
En los días previos a la presentación oficial, la
prensa informaba ya sobre el "fabuloso ahorro(...) del
orden de los cien mil pesos mensuales" que significaría
para Nacional el centrar sus actividades en Los Céspedes.
El diario La Mañana expresaba, al día siguiente de la
inauguración -que contó con la presencia del único
sobreviviente de la familia Céspedes, Ernesto- , que
«Nacional ha encontrado fuerzas para consolidar su
estructura institucional, a un nivel que le convierte en
la asociación civil más poderosa del país»
En la actualidad, la Ciudad Deportiva Los Céspedes
sigue siendo el centro de concentración y entrenamiento
más avanzado de Uruguay, prueba de ellos es el proceso de
mejora que viene experimentando desde hace ya unos años.
Se ha realizado un Master Plan que llevará a la mejora
continua en las instalaciones, prueba de ello es el
moderno gimnasio multifunción inaugurado para uso de todos
los planteles de la institución.
*1 Revista “La Voz de Nacional”, 1954
*2 Revista “La Voz de Nacional”, 1954
*3 Acta del 29 de agosto de 1968
*4 El Diario, 12 de setiembre de 1968